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Con sofismas mas sofismas no se construyen verdades

Cansan ya, por lo repetitivos, los argumentos que nos machacan día tras día de los peligros que se ciernen sobre el país porque se acerca una ¨dictadura¨, que estamos frente a una posible violación de la Constitución de la República, y sobretodo los problemas que traería una modificación constitucional para, según quien insiste en esta tesis, favorecer al gobernante de turno poniéndose de ejemplo del ejercicio de un ¨desinterés¨ que parece perdido con los años.

La verdad que cualquiera cuando escucha la comparación de lo que pasó con Horacio Vásquez y su “prolongación” (1924-1930) con la época actual, en un país donde solo nos enseñan historia de Colón y los Cacicazgos, podría creer que es un argumento valido y asumirlo como que si existe la posibilidad de un gobierno de fuerza en la República Dominicana, cuando es todo lo contrario.

A una afirmación de este tipo se le denomina ¨sofisma¨, que no es mas que una argumentación falsa cuyo objetivo es ganar una discusión o imponer un concepto teórico con el único fin de imponer un criterio, y en el caso de que hablamos este lenguaje extremista solo tiene como objeto el convencer a los fanáticos seguidores de un proyecto político de que su deber es ¨sacrificarse¨ según ellos para detener una democracia que lo cierto es que no esta en peligro.

Pues lo sofismas se acumulan uno tras otro cada semana cuando se insiste en comparar al gobierno de Danilo Medina, el mas exitoso en términos económicos y sociales en este momento en toda América Latina, con otros nombres en la región que para nada tienen que ver con la situación política de la República Dominicana, donde hace bastante tiempo viene siendo objeto de discusión por parte de diversos sectores el error increíble cometido por los legisladores del partido de gobierno cuando en el 2015 le engancharon un ¨rabo¨ a un artículo de esa misma Constitución que se jura ahora defender, para personalizar una exclusión a todas irracional.

Nadie seriamente en nuestro país puede pensar que una discusión sobre la pertinencia o no de mantener cerrada la posibilidad de que Danilo se presente nueva vez como candidato sería una invitación a una dictadura, eso es un sofisma de marca mayor, es decir una mentira enorme, porque lo que caracteriza a las dictaduras, algunas hasta son defendidas en países cercanos al nuestro por los ¨constitucionalistas¨ criollos, para nada ocurre en una República Dominicana donde todo el mundo dice lo que le viene en ganas, los puertos y aeropuertos están abiertos a todo el que quiera salir y entrar y no hay una sola persona detenida por causas diferentes a haber cometido un delito.

Es mas, los mismos que hablan de dictadura y de los peligros de un régimen de fuerza, son los que consecuentes con lo que piensan han apoyado y han sido socios de los regímenes en la región donde mas se ha perseguido a los periodistas, sino búsquese el maridaje de algunos de ellos con dictaduras tan longevas como la que ya cumplió 60 años, muy cercana a nuestro país, o aquellos gobiernos que parte del tinglado que bajo el manto de un seudo-izquierdismo han construido crisis económicas inimaginables en una buena parte del continente.

No es cierto que tenemos ningún peligro de dictadura ni nada parecido, eso es un sofisma, una mentira para justificar una supuesta defensa de una Constitución que en su texto dice exactamente la forma y manera en que podría modificarse, pero que también contiene un articulo transitorio que es solo aplicable a un ciudadano de los mas de 11 millones que nos llamamos dominicanos, un ¨rabo¨ constitucional aplicable solo a Danilo Medina, cual si se pusiera un nombre propio en ese texto, algo que para nada pasan a explicar los ¨constitucionalistas¨ de ocasión.

Pero además, eso de que ¨nunca hemos modificado la Constitución para favorecernos¨ es otro sofisma, porque cualquiera podría preguntarse lo que significó para quien lo afirma tan categóricamente, la reforma del año 2010, donde se abolió el “nunca jamás” que se había agregado  en el año 2002, que fue la fecha en que Hipólito Mejía y el entonces Partido Revolucionario Dominicano modificaron ese documento para permitirle que se presentara nueva vez como candidato para las elecciones del año 2004.

Nadie nos puede contar lo que pasó con el “pacto de las corbatas azules” (bautizado así por Ramón Rogelio Genao), porque nosotros fuimos testigos presenciales de la firma de ese acuerdo, donde Leonel Fernández y Miguel Vargas, presidentes del PRD y el PLD respectivamente, abrieron las puertas para que los ex presidentes Fernández y Mejía pudieran presentarse como candidatos nueva vez al eliminar el “jamás” del texto constitucional, que es lo que impide la jubilación temprana de Leonel y la culminación de su carrera política.

Este pacto, entre otras cosas, es la rehabilitación de las posibilidades de Leonel e Hipólito como candidatos, en un momento en el cual las posibilidades de ganar las elecciones por parte del PLD había disminuido a causa de la crisis económica global de esos años y el desgaste natural del ejercicio del poder por parte de Fernández, por parte del PRD, en ese momento Vargas, quien venia de un solido 44% en las elecciones del 2008, se veía con muchas posibilidades de acceder a la presidencia de la República en las elecciones del año 2012.

Es decir, si bien no se accedió a modificar la Constitución de el año 1998, la verdad histórica es que ya se habían fracturado las condiciones que se crearon para el apoyo incondicional del reformismo para la segunda vuelta electoral del 1996, la ola que se llevaría al PLD del poder en el año 2000 se manifestó en las elecciones congresuales del año 1998, donde el PRD ganó ampliamente el congreso y la mayoría de los ayuntamientos.

La única posibilidad que tenia Danilo Medina como candidato en las elecciones del año 2000, estaba supeditada a la continuidad de la alianza con el reformismo y Balaguer, lo cual se convirtió en un imposible, ya que los ¨amarres de chiva¨ de Hipólito y las contradicciones que existían dentro del PRSC impedían un pacto como el del frente patriótico, y esto también le hubiera ocurrido a Leonel, quien de haber modificado la Constitución, sabia perfectamente que iría a perder esas elecciones.

Lo mismo ocurría para las elecciones del año 2012, cuando sectores del PLD se plantearon una modificación o interpretación constitucional para presentar nueva vez a Leonel como candidato siendo un presidente en ejercicio, estando el PLD en una situación muy complicada de cara a esas elecciones, el mejor ejemplo de ello es que en su competencia con el PRD de partido a partido, perdió en prácticamente todo el país y solo obtuvo un 37% de los votos nacionales, es decir, como los números no mienten, el candidato Danilo Medina tenía todas las de perder en esas elecciones.

En el año 2012, ni con los votos del Bloque Progresista podía haber ganado el PLD y su candidato, eso lo sabia perfectamente Leonel entonces presidente de la República, cuando se contaron los votos de esa alianza llegaron a poco mas del 45%, con ese porcentaje no se gana elecciones, y quien hace la diferencia es el PRSC, que por primera vez en su historia no llevaba un candidato propio, y obtuvo 5.7% de los votos que es lo que lleva el total al 51.2%, cifra que permitió el triunfo electoral en ese año, es decir, las posibilidades de una reelección eran muy lejanas y lo que se preveía era la vuelta al poder del PRD.

Así que eso de que nunca hemos modificado la Constitución para beneficiarnos tampoco es una verdad absoluta, porque la modificación del año 2010 resultó en un beneficio directo para Leonel Fernández e Hipólito Mejía, ambos aspirantes a la presidencia en estos momentos gracias a ese texto constitucional, y lo cierto es que si se hubiera producido una modificación para abrir las puertas a una repostulación para las elecciones del año 2012 es probable que se hubieran perdido esas elecciones por diversas razones que todos conocemos.

La justificación de una aspiración legítima por demás, no debe llevar a descalificar la posibilidad de una reforma constitucional y plantearse que es un intento de dictadura (sofisma), que se es un guardián permanente de un documento que es descrito como pétreo e inamovible (sofisma), que es un pecado mortal siquiera pensar en cambiarlo para modificar el error cometido de haber incluido una cláusula que penaliza a solo una persona entre 11 millones de dominicanos (sofisma), nunca se hizo una reforma para beneficiarme cuando la del 2010 fue un beneficio personal evidente (sofisma).

Y por ultimo el de la antorcha, porque el que da y quita antorchas es el pueblo que elige, y precisamente se le quiere quitar a ese pueblo la soberanía de entre un abanico de opciones elija con su voto mayoritario a quien quiere que dirija su destino en el cuatrenio 2020 al 2024 con una montaña de sofismas, y así absolutamente no por favor, un poco mas de respeto a la inteligencia de las personas.

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