Hoy Domingo de Resurrección, termina la Semana Santa, el feriado mas largo en el mundo cristiano.
Para algunos, una época de reflexión y de recordar al sacrificio de Jesús por los suyos, en la mayor muestra de puro amor.
Para otros, un período especial para hacer un alto en la jornada laboral y celebrar junto a sus seres queridos en playas, montañas, campos y otros lugares que conectan con el placer y la diversión.
De todos modos, es un alto en la rutina del año que debe convocarnos a la renovación de la fe, de la esperanza, del optimismo.
A partir de este lunes, el mundo nos pide lo mejor de nosotros. En términos personales hay retos para todos los que habitamos este planeta. En el colectivo también tenemos tareas importantes que esperan por nosotros.
A República Dominicana le toca afrontar momentos especiales en los días por venir, sobre todo porque algunos temen que estemos en la antesala del quiebre de la constitucionalidad.
Se han producido acontecimientos en las últimas semanas, que para la iglesia católica y algunas instituciones de la sociedad civil, pudieran estar anunciando el enrarecimiento del estado de derecho.
Pero, sea una apreciación cierta o falsa, ahí está el desafío. El Poder Ejecutivo, de donde vienen las acciones que se consideran atentatorias al estado de derecho o al clima democrático que vive el país, se ha mantenido indiferente sobre los planteamientos que advierten de la creación de un ambiente a observar.
Iniciamos la semana con retos. No es nada nuevo lo de hoy, siempre tendremos desafíos y con Dios por delante siempre caminaremos hacia el
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