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La sombra del poder y el burdel de teatreros

Medrar a la sombra del poder es una manera de vivir de una casta de bribones, que van desde los “picapicas” desarrapados, hasta los ampones intelectualizados; y en la República Dominicana  estos personajes gozan de un amplio anecdotario.

Remontándonos a las luchas políticas intestinas de comienzos del siglo pasado, entre el presidente Juan Isidro Jiménez y su vicepresidente Horacio Vázquez, se cuenta un anécdota, donde estaban los compadres Cucho Germán y Chevín García parados en una esquina de la capital de aquel entonces, contemplando los movimientos después del derrocamiento del Presidente Jiménez.

“_Compadre Cucho, ¿y esos no son los amigos que idolatraban a Juan Isidro la semana pasada?; _ahora los veo echando ¡vivas! por Horacio Vázquez. _Oh! Compadre Chevín, y a usted se le olvidó que la sartén cambió de manos, ahora el que reparte es Horacio Vázquez.

A mediados del siglo pasado, gobernaba el país dominicano Rafael L. Trujillo; se cuenta que Trujillo era un gobernante de múltiples compadres y amante de las fiestas; en una de esas celebraciones, uno de sus compadres conociendo su prodigalidad cuando tenía unos tragos, decidió pedirle un favor.

“_! Presidente, mi bendito! Su compadre necesita un favorcito; ¿podría usted ser tan amable y ayudarme a conseguir un camioncito, para facilitar el sustento de la familia?_ Trujillo muy contento, alborozado por la fiesta y las copas, le responde _Oh cómo no! Mi compadre, delo por hecho. _ Y a la semana siguiente, aparece frente a la casa del compadre un oficial del ejército con un camión nuevo y los documentos a su nombre.

Dos años más tarde está Trujillo en otra fiesta, y está presente el compadre antes mencionado; este se le acerca al Jefe y después de saludarlo muy ceremoniosamente le dice: _ ¿Compadre, usted se acuerda del camioncito que usted me regaló hace un tiempecito? _ A lo que Trujillo responde, _Oh! Claro que me acuerdo mi compadre_ a seguidas le dice el hombre, _Ay! Compadre Presidente, si usted fuera tan amable de regalarme un juego de gomas para ese vehículo.

El Jefe borró la sonrisa y la amabilidad de su rostro, y acercándose al compadrito le dijo al oído, _ Compadre carajo!, ¿y a usted no le gustaría, que yo le mande a majar sus mellizas?

Cualquiera que piense que las cosas fueron diferentes en los últimos 70 años, está equivocado; la situación ha seguido igual, con diferentes matices; el clientelismo lo regentean desde el Estado con múltiples propósitos; incluso se da el caso de los actos de corrupción que son previstos de ante mano por los mandatarios, y se dejan pasar, pero sin soltar la cuerda que amarra al infractor.

En nuestro país en el último siglo, siempre hubo una prensa informativa, y una prensa clientelar; la variedad de la prensa que buscaba los aplausos, después de la post guerra, era muy bien vista popularmente; lo que no le quitaba el sesgo de clientelar. Existen claros ejemplos de periodistas, que aun teniendo lazos amistosos con el poder, ejercen un papel independiente.

El Dr. Joaquín Balaguer en su libro “Memorias de un cortesano en la era de Trujillo” confiesa, que el poder del Estado, no le fue suficiente para averiguar quién asesinó a su amigo, el periodista Gregorio García Castro. Y aquí, se debe hacer constar que el Ex presidente y García Castro eran amigos desde mucho antes de comenzar el primer gobierno de los 12 años.

Gregorio García Castro ejercía un periodismo independiente, a pesar de hacerlo en un país gobernado por el amigo a quien había ayudado a crear el movimiento político que lo llevó al poder, y que después vendría a ser el Partido Reformista Social Cristiano.

Con la desaparición de los grandes liderazgos que protagonizaron la lucha política de la segunda mitad del siglo pasado, entramos este nuevo siglo con muchas esperanzas, pero con una asentada degradación en las prácticas de estado; y queriéndolo o no, los actores políticos extendieron esta degradación a todos los sectores de la sociedad.

Por ejemplo, un 75% de la prensa escrita dominicana de hoy, condiciona las informaciones; sus titulares, muchas veces no reflejan lo más importante dentro del cuerpo de la noticia, o la interpretación de la información para ofrecerla al público, no refleja la realidad de los hechos; estas son algunas de las formas de manejo insano de la opinión pública.

Pero, como decimos en el campo “donde la puerca retuerce el rabo” es en el periodismo de paneles, de radio y televisión. Aristófanes Urbáez, el roedor que se nos fue, comparaba el escenario político de la década pasada con un prostíbulo, donde cada “zorra o zorro” defendía solo sus intereses personales, sin pensar en el futuro de la sociedad.

Pues, ese es el reflejo de las actuaciones de la mayoría de los periodistas y locutores de panel en nuestro país; comenzando por las buenas costumbres y el lenguaje, que han sido dejado al libre albedrío de cada uno; ni las emisoras, ni el Estado reglamentan la sanidad moral de sus discursos; quien más altisonante y obsceno vocea, es quien consigue más audiencia y mejores beneficios.

El pueblo dominicano (con sus niños en edad de formación y educación primaria) despierta todos los días, a merced del histrionismo, y la vulgar vendetta de jóvenes y viejos sin vergüenzas, que hacen de la idolatría, y la extorsión a personajes públicos un modo de vida. Y en este sentido nadie hace nada porque hay que respetar el “libre ejercicio de la prensa”.

Hasta aquí nos ha traído la influencia del estercolero político y su praxis. Rescatar la dignidad de los actores sociales, económicos y políticos de la vida dominicana, es un deber que no debemos desdeñar; los hombres y las mujeres amantes de esta tierra deben despertar y actual a tiempo.

De lo contrario, y en estas condiciones no nos quedará más remedio, que sobrevivir sobre el pantano, rodeados por este gran burdel de teatreros.

 

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