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Rendición de cuentas ante el Congreso inmejorable escenario para reconstruir la imagen presidencial

Reflexión en cuatro giros.

  • La figura presidencial como símbolo.

La imagen pública del presidente dominicano, Luis Abinader, no se ha deteriorado. Contrario a lo que han podido pretender sus contrarios políticos, tras la ascensión al solio presidencial, se ha fortalecido. Luce fresca, creíble, bien intencionada. Esta imagen, que es soporte simbólico del posicionamiento en la aceptación pública del presente gobierno, es el principal valladar que intentaría

derruir la oposición, de cara a gozar de los fracasos de la presente administración y como forma de posicionarse para volver a ser opción de poder.

Por el momento, el principal punto débil del gobierno son sus funcionarios. A diferencia delo que se puede entender del presidente, son muchos los que no han llegado al estado con ánimo de servir, sino de servirse.

Y como estamos en el ruedo, sería iluso no creer que ya hace tiempo está en marcha la maquinaria demoledora, constructora de opinión pública, con infinitos recursos de por medio, que se encargará de utilizar cada errática ejecución, decisión, postura o discurso oficial, en contra del proyecto político perremeista.

Este 27 de febrero, a mi parecer, será una buena fecha y se montará un inmejorable escenario que presentará a la oposición política una ocasión servida en bandeja de plata para reconstruir la imagen del gobierno, ya que podrían estar al aire de manera simultánea dos discursos, uno desde el congreso, y otro fuera del congreso.

Tal y como ha sido anunciado, ya podemos imaginar que el 27 de febrero, mientras el presidente Luis Abinader pronuncia su discurso de rendición de cuentas, un grupo de ciudadanos y ciudadanas estará manifestándose frente alas instalaciones del congreso, en reclamo de la devolución de un 30% de los Fondos de Jubilaciones y Pensiones en favor de los trabajadores.

Buena iniciativa y buena bandera de lucha del diputado reformista Pedro Botello. Es de vox populi que debiera plantearse otra forma de exigencia. Pero el manejo que se haga de esta eventualidad, tanto por parte de los civiles que protesten, como de las autoridades que contengan, eviten o repriman, marcará las características de las fotografías de primera plana, los videos de televisión y las imágenes de redes sociales que se publicarán, no solo en el país, sino también en el exterior. Con arriesgada previsión, para algunas situaciones previstas pudieran existir desde ya textos redactados.

  • Una sociedad que ya no coge cuentos; quiere cambios.

Sin embargo, el propósito de este artículo no es abordar la oportunidad ni la forma en que está planteada la actividad, sino dimensionar en lo que pudiera convertirse en términos políticos, con un poco de ingenio, si por ejemplo se quisiera aportar a la construcción de una imagen para el gobierno, matizada por los calificativos de ineptitud, incapacidad, blandenguería e inseguridad en el manejo de la cosa pública.

Veamos algunas aproximaciones. Para nadie es un secreto que las pasadas autoridades se resarcirán en su dolorido amor propio en el momento que puedan afirmar y exhibir que el PRM y su gobierno han sido incapaces de estabilizar y hacer crecer la economía, salir airoso del reto de la pandemia, retornar a la normalidad la actividad escolar, estabilizar los precios de los productos de primera necesidad, eliminar los abusos policiales, construir el respeto de la población a la autoridad, demostrar el interés por la idónea conservación y manejo de los recursos naturales, poner freno a la corrupción gubernamental y reducir de manera significativa la delincuencia en las calles.

Me dirán, que, a solo seis meses del inicio de esta gestión, nadie en su sano juicio puede entender que todos esos retos pueden ser superados. Y tendría razón. Pero, en seis meses sí se puede dar muestras de que la intencionalidad expresada en el discurso presidencial va en serio.

Pareciere que algunas instancias de la administración pública no lo han entendido, pero, lamentablemente para los devoradores del estado, estamos ante una sociedad que propició un cambio de dirección política del país y que parece estar alerta a no permitir que la cosa pública continúe por el mismo derrotero a que nos tiene acostumbrados la crápula política (los políticos éticos no tienen por qué sentirse aludidos), muy dispuesta a enriquecerse a costa delos bienes públicos y los recursos del estado. Y cuando hablo de sociedad de cambio, no pierdo de vista que gran parte de nuestra juventud anda haciendo tendencias en las redes sociales, interesada en quien puede comprarse un bugatti. Esos mismos jóvenes participaron en las pasadas elecciones.

3- El descalabro de la imagen gubernamental con ayuda de sus funcionarios.

Para la construcción de una imagen negativa del gobierno, se necesita la conjunción de varias situaciones: un significativo nivel de insatisfacción de las mayorías; una estratégica acción discursiva, servida por la oposición a través de los medios de comunicación y las redes sociales; y la acción de las organizaciones sociales, en respuesta a los desaciertos del gobierno, que parecerían reivindicar la frustración y desencanto de la población. Sentadas estas condiciones, lo que sigue es un círculo vicioso que se retroalimentaría por sí mismo.

Ante la incapacidad de plantear cuál es el nivel de confianza que genera actualmente el gobierno en la población, me apresto a pasar revista a algunos renglones de los que mencioné en párrafos anteriores como puntos de interés, en los que se esperan idóneas respuestas oficiales. Y los que entiendo, pudieran estar en la base de la satisfacción o insatisfacción de la sociedad que impulsó y aún espera cambio.

En cuanto a estabilizar y hacer crecer la economía, hay que reconocer quelas condiciones impuestas por la pandemia, por sí solas, ya constituyen una situación difícilmente salvable en tan poco tiempo. Con todo, las medidas de apoyo a la población con los diversos programas en ejecución han logrado su objetivo paliativo. No se ha probado ningún fraude con el manejo de estos fondos.

Dentro de lo que se puede esperar, el turismo, la actividad productiva y el comercio se han ido recuperando en el marco de las condiciones impuestas por los miedos al contagio. Aunque no puede decirse lo mismo del sector bares y restaurantes, que ha sido seriamente golpeado por los horarios de toques de queda. Da pena ver, por ejemplo, en la zona colonial, cómo en espacio de dos cuadras aparecen varios negocios con las puertas cerradas; en las presentes condiciones no han podido sobrevivir. Sin embargo, no creo que a estas alturas, todavía sea el tema economía el talón de Aquiles del gobierno que la oposición pueda utilizar para reposicionarse.

Otro aspecto: salir airoso del reto pandemia. Este abordaje alcanza un ámbito muy amplio. Sin embargo, entiendo que lo que más se visualiza, luego del aspecto económico, es el asunto toque de queda y educación. En un momento el toque de queda se tornó odioso y asfixiante. Con la medida de facilitar la circulación hasta las tantas de la noche, ya ha perdido tensión. En cuanto, a retornar a la normalidad de la presencialidad escolar, además de que la condición de la pandemia entra en una etapa de declive, (se espera),ya prácticamente todos los sectores de opinión están cónsonos con que los niños y jóvenes necesitan volver a interactuar con sus pares y maestros de manera presencial. Los expertos, tanto a nivel nacional como en la esfera internacional han establecido, además de que las condiciones están dadas, que los escolares

necesitan satisfacer carencias de índole afectivo, psicológico y emocionales, y que éstas se dimensionan con el encierro y las limitaciones de interacción. En respuesta, al parecer, en estos momentos el gobierno parece decidido a avanzar de manera positiva hacia la apertura paulatina de la presencialidad en los centros escolares.

Estabilizar los precios de los productos de primera necesidad. Me parece

que aquí comienza a inclinarse la balanza de manera desfavorable hacia la administración oficial. La canasta familiar está en aumento. Sin mucho que abundar en este aspecto, y dada la complejidad de factores y variables que intervienen en esta realidad, en la lucha por controlar este renglón, a las autoridades del sector del gobierno, les deseo suerte.

  • Los cambios esperados que no llegan.

Eliminar los abusos policiales y construir el respeto de la población a la autoridad. Ambos aspectos están ligados. Confieso que no he llegado a comprender el porqué no es una alta prioridad para el gobierno una problemática que se llama profesionalización, capacitación, mejora de las condiciones de vida y selección de quienes pueden, por criterios de ética, responsabilidad, sentido del compromiso y respeto, pertenecer a la Policía Nacional.

La Policía Nacional ha de ser reformulada, para que se convierta en un cuerpo admirado y reconocido por estar al servicio de la seguridad ciudadana, la prevención y la lucha contra la criminalidad, y además como respuesta a la alta aspiración de la gran cantidad de oficiales y alistados que, por su hoja de servicios, han mostrado que son merecedores de pertenecer a un cuerpo policial de gran prestigio y reconocimiento ciudadano.  Por ahora, esta aspiración es un aspecto fallido en la actual gestión de gobierno. Si, por un lado, hay que considerar que en seis meses no se pueden producir estos cambios, sí es tiempo suficiente para que se vean ciertos indicios. En mi ignorancia y desinformación no me he dado cuenta de que se quieran hacer mejoras. Apreciaré la ayuda a vuelta de correo.

Conservación y manejo de los recursos naturales. Como a pedir de boca, sale a la luz el tema “Loma Miranda” con las pretensiones de la minera para explotar veinte años más. ¡Qué excelente momento y qué oportuna coyuntura¡ Los sectores de oposición se frotan las manos! Lo interesante del asunto es que, por un lado, la defensa de este acuífero se ha convertido en un icono de la resistencia de sectores populares por la preservación del medio ambiente y los recursos naturales, y por el otro lado, muchos tenemos la percepción de que las presentes autoridades parecen muy coquetas con los intereses del Norte. En este sentido, un comunicador de un programa de televisión matutino, despierto él, no se explicaba cómo no se compró vacunas a China, si a su juicio, ésta presenta ciertas ventajas con relación a las que venden los otros. En el tema de Loma Miranda, el gobierno barajará en sus manos lo que se llama una papa caliente. Veamos cuál realidad de las posibles, es la que elige. No obviemos que también gravita sobre el gobierno una agenda internacional que ya ha trazado sus pautas en temas de frontera y migración, derechos reproductivos de la mujer, identidad de género, y características del comercio y relaciones internacionales.

Poner freno a la corrupción gubernamental y a la delincuencia en las calles. La sociedad del cambio espera, me parece, dos muestras de variación de rumbo. Lo primero, es dar el ejemplo, con los funcionarios de los anteriores gobiernos acusados de desfalcar el estado. Para ellos, ya se ha planteado, se espera prisión y devolución de lo mal habido. Claro está, tras llevar los procesos apegados a las garantías constitucionales y las leyes adjetivas(procesales), que regulan la acción jurisdiccional. Lo segundo es, lograr que a nadie le quepa dudas de que no se permitirá la corrupción en el presente gobierno. Situación fallida ya. La Comisión de Ética, que tantas esperanzas nos generó por la presencia de nuestra apreciada Dra. Ortiz Bosch, fue burlada en el reciente escándalo del Ministerio de Educación en la compra de equipos tecnológicos. Qué pena. Al parecer los intereses y la actitud depredadora es tan fuerte, que parece dispuesta a transgredir, de manera descarada, la voluntad de ministros y del ejecutivo.

Con respecto a otros casos denunciados, me encantarían me cataloguen como desinformado, pero no me he enterado de las medidas ejemplares que se han tomado en los casos de compañeritos cobrando sin trabajar y otros desafueros que se han denunciado donde los funcionarios ya quieren comenzar a guisar.

A estas alturas, me solidarizo con la penosa situación personal del apreciado Manuel Jiménez, alcalde de Santo Domingo Este, a quien los amarres mañosos de la anterior administración y las apetencias desconsideradas de los actuales regidores lo tienen, al parecer, entre la espada y la pared. Al verlo en un programa de televisión expresando su realidad, me preocupó su postura emocional. No quisiera estar en sus zapatos.

A manera de conclusión.

En término general, encuentro que, a estos seis meses de gestión, la actual administración, tiene más puntos claros que oscuros. Sin embargo, los puntos oscuros, en materia de ética pública, constituyen lastres tan pesados, que, de no corregirse de manera ejemplar, sin dudas darán con la embarcación al fondo cenagoso. Como digo, espero con ansias el próximo 27 de febrero. Si se mantiene la convocatoria a protesta, frente al congreso estarán los unos y los otros. Podríamos sorprendernos de la capacidad de convocatoria de un diputado reformista cuyo partido no le apoya abiertamente. Quizá no todo el que esté presente ese día ande buscando la justa devolución del 30% en favor de los trabajadores.

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