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Otra vez sobre el bendito tránsito vehicular

El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), en una reglamentación de hace algunos años, dispuso que los vehículos de carga, o sea el transporte pesado, transitara por el carril derecho y que si no era una necesidad no invadiera los carriles de la izquierda para rebases. Eso es letra muerta; en nuestro país ningún conductor de este tipo de vehículos respeta eso.

El Intrant dispone, pero los miembros de la digesett, como se llama hoy a la antigua AMET, no hacen cumplir estas disposiciones. En nuestro país, cualquier persona toma la decisión de transitar las calles y carreteras como le apetece; en las noches te encuentras con estas luces que te dejan ciego, halógenos y luminarias que están prohibidos por los reglamentos de tránsito, pero son vendidas a la luz del día y a nadie le importa.

Pero si bien Digesett no hace cumplir las normas, y solo es un fastidio para el motoconchista y el delivery del colmado, los tribunales de tránsito, dejan mucho que desear a la decencia ciudadana; estos son centros de sancochar el derecho; pero juzgue el lector por su propio juicio.

Hacen más o menos dos años, uno de nuestros hijos que reside en el país, mientras regresaba de su trabajo entre 5 y 6 de la tarde fue impactado por la parte atrás de su vehículo, por un motociclista que competía en las famosas carreras de motores de la 6 de Noviembre; el impacto fue tan fuerte que el susodicho motorista, rompió el cristal trasero y sus cabellos quedaron estampados en la parte superior de la compuerta trasera.

Mientras socorrían al accidentado motociclista, apareció uno de los miembros del AMET, en el ínterin de atender al herido, la motocicleta del choque desapareció y nadie sabe quién se la llevó, estando inservible; pues, a nuestro hijo lo citó el agente de AMET para el puesto de Hatillo para levantar un acta policial.

En el puesto de AMET en Hatillo apareció una motocicleta con sus papeles en regla y sin un rasguño de accidente que fue aceptada como la que impactó a nuestro vehículo; con un acta policial que dejaba mucho que desear, se puso fecha para una vista en el tribunal de tránsito de San Cristóbal. Se le dieron todos los pormenores al la abogada de Seguros Banreservas y finalmente nuestro hijo recibió una medida de coerción de 6 meses asistiendo a firmar en el tribunal y una fianza de RD$75,000.00 para el seguro.

Puede todo el mundo ver como de un tribunal de justicia, el agredido es quien sale condenado; la representante del seguro, no hizo ningún esfuerzo para liberal a su cliente de culpa, y aceptó la penalización al seguro, diciendo que eso era lo usual. Ah! El motorista agresor, nunca apareció en esa vista jurídica.

El Banco de Reservas recibe millones y millones de pesos por multas a ciudadanos que violan la línea del peatón o que se comen una luz, que no debe ser, o violan ahora una llamada ciclovía, que en otros países la obligación es observarla, no es que si el conductor tiene una emergencia o necesidad no pueda pararse en ella; porque partiendo de la lógica, ¿dónde se estacionaría en una emergencia?

Bueno, mientras el mono baja del árbol, les invitamos a todos a conducir a la defensiva, para liberarnos de la amenaza de muerte del vehículo pesado, del insoportable motorista, y de las agresiones e injusticias legales, representadas por autoridades de toga y uniforme.

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