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Las cosas que no se ven en la situación haitiana

Si alguien quiere crear un liderazgo social o político, primero tiene que elegir una buena causa, que despierte pasiones y desborde emociones en las masas populares.

En el caso particular de Haití, Claude Joseph, el antiguo ministro de relaciones exteriores del malogrado presidente Jovenel Moise, ha elegido como causa principal para proyectar su liderazgo, la animadversión de sectores haitianos contra La Nación dominicana.

Claude Joseph se ha convertido, a los ojos de los sectores haitianos en el extranjero y en el territorio haitiano, en el defensor de los derechos de sus connacionales en territorio dominicano. Haití tiene en los EEUU, en Canadá y en Europa un amplio exilio económico y político que se siente representado por este Exministro.

Quizás, por aquello de purgar la culpa de no haber afrontado la responsabilidad patriótica de permanecer en suelo haitiano y luchar en contra de quienes convertían su patria en un desértico caos; hoy, esos sectores en el extranjero, quieren conjurar la infernal realidad haitiana con un supuesto mesías, cuestionado en el asesinato del presidente Moise.

En Haití se ha dado la manifestación de una alianza política, por un lado, Claude Joseph que, usa el argumento dominicano solo como acicate para sus masas, y por el otro lado, el brazo armado de Jimmy Cherisier; si este último, no fuera un verdugo de su pueblo, estarían en capacidad para encabezar un movimiento por la conquista del poder.  

Pero, el Sr. Jimmy “Barbecue” Cherisier es un policía haitiano hecho a la imagen de los agentes represivos de todas las dictaduras y gobiernos corruptos que han conducido al pueblo haitiano al inmerecido destino que vive hoy.

Quiéranlo o no los haitianos de buena voluntad, y la comunidad internacional que en verdad le preocupa la situación de Haití, Barbecue es el hombre con más poder dentro del territorio haitiano; el poder depende de los fusiles, y este señor lidera una confederación de bandas armadas con más poder que las fuerzas del Primer Ministro del país.

El canal para desviar el río Dajabón es solo un señuelo político, una trampa en la que acaba de caer el presidente Abinader. Todos los sectores haitianos se han unificado, tras el cierre de la frontera dominico haitiana; el primer ministro Henry, a través de uno de sus ministros acaba de dar su apoyo oficial a la construcción del canal; lo hizo para no quedarse fuera de la unidad política motivada por las medidas del gobierno dominicano.

Esta trampa en que ha caído el gobierno de Abinader, puede llevarlo a la humillación internacional; Ariel Henry, cabeza del gobierno haitiano, quién había negado su vinculación con la construcción del mencionado canal, no estaba en capacidad para detener los trabajos, antes de su decisión de apoyarlos.

Esa era la variable que debió analizar el gobierno dominicano, antes de tomar las medidas de cierre total de la frontera que buscaban forzar a Henry a detener la construcción ilegal en el río Masacre. Ahora, ya es tarde; los haitianos no se detendrán, y el complemento de estos trabajos dejará muy mal parado a Luis Abinader.

Ahora los organismos internacionales, la ONU y la OEA, continuarán clamando por medidas humanitarias para Haití, dentro de las cuales priorizarán la apertura de la frontera de parte del gobierno dominicano; otro torniquete de presión que viene a unirse a la del comercio binacional interrumpido.

Lamentablemente, el gobierno dominicano en su torpe manejo de la situación, ha unificado a mansos y cimarrones internacionales y haitianos, contra el pueblo dominicano. 

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