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A 528 años de su fundación, Santo Domingo no ha podido eliminar distopia; desaliento se apodera de capitaleños

REPÚBLICA DOMINICANA.-A los 528 años después de su fundación, la capital dominicana conserva rastros de una herencia indígena que no han podido eliminar ni el colonialismo, los huracanes, los terremotos ni el crecimiento de la ciudad, pero la distopia, el caos y el desaliento se han adueñado de Santo Domingo de Guzmán.-

Desde que Bartolomé Colón, hermano del almirante de la Mar Océana, fundara la Isabela, la ciudad ha dado un cambio del cielo a la tierra.

Desde el 1960 que Santo Domingo tenía un treinta por ciento de población urbana, ha pasado a tener un ochenta por ciento de población rural, siendo ya casi tres millones de habitantes, con el consiguiente empeoramiento de los servicios básicos.

La ciudad ha crecido sin regulación, y la falta de reglamentación ha provocado problemas en el transporte.

“Esta situación del transporte es un problemazo, lo que estamos es gastando combustible con estos tampones que no tienen fin, y son a cualquier hora del dia y de la noche”, se quejó el chofer Heredio Galvá.

“Lo que estamos es gastando combustibles y padeciendo problemas con esta ola de calor y este sol y uno en medio un tapón por horas y horas”, explicó el chofer de carro público Rafael Lantigua.

Tambien hay serios problemas en la seguridad ciudadana, en el suministro de agua, salud, educación y el medio ambiente se ve muy afectado, sobre todo por las gravosas inundaciones cada vez que llueve.

“Santo Domingo no está diseñada para drenar cien milímetros de lluvia por cada metro cuadrado por cada hora.No hay un reglamento que lo diga, no hay una normativa que lo diga.Sobre todo, ustedes hablan de construcciones que se van levantando todos los días en Santo Domingo, y usted va y le pregunta a Planeamiento Urbano  te llevaron el proyecto, y te dijeron cómo van a drenar el agua sanitaria y el agua pluvia, no”, sostuvo el geólogo Osiris de León.

Desde San Zenón en el 1930 hasta el huracán David en el 1979 y George en el 1998, los ciclones han golpeado sin piedad a Santo Domingo con la secuela de devastaciones, pero no hay políticas contra huracanes categoría cinco.

Una muestra del desaliento que afecta Santo Domingo es la inseguridad ciudadana con su secuela de atracos, robos y muertes, uno de los principales problemas del país.

“A la verdad es que estamos presos en nuestras propias casas. Desde que dan las siete de la noche hay que trancarse para dejarle la calle a los delincuentes”, dijo Bonifacio Percel, residente en un sector de Santo Domingo Este.

“Mi hijo, por aquí no aparece la Policia en ningún momento, y los atracos están a la orden del dia”, manifestó José Rivera, un comunitario del sector Los Guandules, en el Distrito Nacional.

Se espera que el Plan de reordenamiento urbano ya convertido en ley, si se ejecuta como dice el librito, sea un respiro para los capitaleños.

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