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La reforma fiscal y el tiempo restante de Abinader

El Lic. Luis Rodolfo Abinader Corona fue electo presidente de la República Dominicana en mayo del 2020; y desde el 16 de agosto de ese año, ejerce el cargo de Jefe de Estado de esta nación del Caribe, donde, acaba de tomar posesión nuevamente como Presidente Constitucional, para el período 2024-2028 en una ceremonia propia de la era del espectáculo.

Con el desdeño de la solemnidad de la figura presidencial y de las normas protocolares el 16 de agosto pasado, se dejaba ver la confianza y la seguridad del Jefe del Estado en su nueva toma de posesión, donde además exhibía una arrolladora mayoría congresual que, le aseguraba ser el dueño político absoluto del país.

El Presidente, luego de los requisitos protocolares mínimos, reveló la intención de efectuar reformas profundas en todo el tejido del Estado dominicano, en este su segundo período de gobierno; y como poseído por el espíritu vivo de su compañero de partido, don Rafael Fafa Taveras, quién aún vive, ha decidido tomar su tesis y refundar el Estado dominicano.

Para este efecto, lo primero que hizo el Presidente fue introducir una reforma a la Constitución; propuso un proyecto que deambuló en el ámbito público, y todos los sectores entendidos e incorruptibles del país, sostuvieron lo innecesario del mismo, y que la sociedad dominicana no lo estaba pidiendo, pero, Abinader necesitó y aprobó su reforma constitucional.

Y como el país, no se motivó, ni se movió con el lanzamiento constitucional, el Mandatario se vio obligado a someter su proyecto de reforma fiscal, a la vista de todo el cuadro del juego político y económico de la sociedad; y ahí fue que le hicieron el “out” que lo ha dejado haciendo pucheros.

No pudo pasar una reforma fiscal que, amenazaba con llevar a la miseria a más de la mitad de una población cansada de los altos precios, del detrimento de los servicios públicos, del abuso policial y de la inseguridad ciudadana, con que la ha castigado el cambio del PRM.

Al presidente Abinader como buen representante de su clase social, se le hace difícil aprender de la historia del pueblo dominicano; es una lástima que su padre, el Dr. José Rafael Abinader, ya no esté entre nosotros para que le recuerde a su hijo el hoy Presidente, lo que sucedió entre el 23 y el 25 de abril de 1984.

Aquellos hechos, motivados por un acuerdo “Stand by” encaminado en la administración del presidente Salvador Jorge Blanco, por el Fondo Monetario Internacional; produjeron una vorágine social que, don Juan Bosch catalogó como una poblada que, durante tres días con sus noches mantuvo a las fuerzas del orden y al Ejercito Nacional enfrentados al pueblo llano, en las calles de todas las ciudades importantes del país.

El saldo en muertes y perdidas económicas aun es desconocido; los periodistas y medios afectos al gobierno, calcularon los muertos en unas 200 víctimas; los medios internacionales hablaron de pérdidas de vidas incuantificables.

Una experiencia personal de aquel trágico momento, fue que laborábamos en la Compañía Dominicana de Teléfonos, antigua CODETEL, que, dicho sea de paso, era la empresa que daba los servicios internacionales de conexión satelital para datos y voz; este servidor fue uno de los 13 técnicos que facilitó la salida de información desde el país hacia el extranjero, asegurando los enlaces con la parábola central que existió en Cambita Garabitos.

Desde el centro de Radios de microondas de la Ave. 30 de marzo en Santo Domingo, se transmitían hacia las diferentes agencias de prensa internacionales, los reportes de voz, escritos y videos que llevaban los corresponsales extranjeros; y desde allí vimos lo que sucedía en todo el país.

Lo más impactante y que nunca se borrará de nuestra memoria, fue cuando uno de nuestros compañeros de trabajo, vio un video, donde aparecía su casa en el Ensanche Luperón y la escena de cinco policías saliendo de ella con un cadáver y el cerebro del mismo en una bandeja; así fue abril de 1984 por ajustes de precios provocados por la incapacidad de un gobierno de estirpe perremeista.

Ahora el gobierno del Lic. Abinader, acaba de poner al país al borde de un estallido social de incalculables consecuencias, porque si hubiera continuado con sus planes y los precios de la canasta alimentaria se le hubieran multiplicado más de lo que están a los pobres dominicanos, nadie puede decir que no se repetiría un abril del 84 en las calles dominicanas.

Este período de gobierno solo tiene 2 meses y medio, y ha creado tantas contradicciones a lo interno de la sociedad dominicana que, parece un gobierno viejo que tiene hastiado a todo el mundo en el país. El presidente actual ganó unas elecciones, donde según los datos oficiales, la abstención fue la mayor registrada en unas elecciones generales de nuestro país.

De una participación del 54.37% de todo el electorado hábil para votar, Luis Abinader candidato del PRM sacó un 57.44%, lo que significa un poco más de la mitad de los casi 4 millones y medio de personas que se presentaron a las urnas; si ese 57.44% de los votantes, lo comparamos con los 8 millones145,548 personas registradas en el padrón electoral veremos en que, minoría está gobernando el presidente Abinader, solo un 30% de todo el electorado.

Y a ese 30%, más el 70% que dejó de votar por el PRM, es que Luis Abinader quiere cargarle los intereses de la deuda que ha creado en los pasados 4 años de gobierno; quiere poner a los pobres y a la clase media a cargar con los platos rotos de un gobierno corrupto y dilapidador.

¿Si es corrupto este gobierno? Sí, acaba de afirmarlo doña Milagros Ortiz _ “Don Juan, dice su sobrina Milagros…_ No, mi sobrina no, la hija de mi hermana” (rememorando…Jajá) esta Señora que representa la ética del gobierno, confirmó que ha sometido a la justicia 46 expedientes de corrupción, y entonces, ¿hay o no hay, corrupción en el gobierno?
El Pacto Fiscal que manda la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, no será alcanzado en este gobierno, porque los dos intentos de reforma fiscal que no es lo mismo que Pacto Fiscal que, se han tratado de hacer con el PRM a la cabeza, son parchos fiscales que hieren profundamente el bolcillo de las clases medias y bajas del país, por esa razón, no han encontrado apoyo.

Si el pueblo dominicano, representado por sus sectores sociales, económicos, religiosos y políticos, permite que se grave su ya maltrecha subsistencia, para pagar los intereses de casi $40 mil millones de dólares en bonos soberanos y prestamos inútiles que ha contratado el gobierno de Abinader, estará adornando su lecho de miseria para las próximas décadas.

Y la diarrea de préstamos comenzó con la aprobación esta semana pasada del primero, por más de $600 millones de dólares; esto es una señal clara de que, ante la ausencia de la impúdica reforma fiscal, desvalijarán al país con una caterva de empréstitos.

La democracia manda: El presidente fue electo por el 30% de los votantes hábiles inscritos en el padrón de la JCE; el 70% decidieron no votar, para todos, los concurrentes y los abstenidos, quedan 3 años 9 meses y 5 días de este gobierno, y lo democrático es chuparse esta cebolla, hasta el último minuto del 16 de agosto del 2028.

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