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La despedida anticipada del PRM

Luego del fracaso del anteproyecto de reforma fiscal, con el cual el gobierno de Luis Abinader intentaba recuperar de las costillas del pueblo dominicano, los fondos dilapidados en la pasada campaña electoral, el Congreso Nacional ha emprendido la aprobación de una serie de préstamos que, engrosan a los más de US$ 40 mil millones de dólares tomados prestados en el pasado cuatrienio.

Lamentablemente, con el poder congresual que adquirió el Presidente en la pasada contienda electoral, no existe ningún mecanismo constitucional en las manos de la oposición y de los sectores sensatos de la sociedad, para detener esta loca caravana de préstamos que, comprometen la soberanía económica de la República Dominicana.

Una sola idea que nos muestra en que manos está el país, la tenemos en la entrevista que le hacen los periodistas Belkys Castillo y Edmundo Ledesma, en su programa “Diálogo Urgente” al diputado del PRM por la provincia de la Romana, Eugenio Cedeño Areché, la semana recién pasada.

En esa entrevista, dice el flamante congresista: “Yo he votado por todos los préstamos que han llegado a la Cámara de Diputados, el último fue de US$ 500.00 millones de dólares y estoy dispuesto a que cojamos US$ 10,000.00 (diez mil millones de dólares) más, para resolver el problema del tránsito porque, ¡total aquí el endeudamiento, no lo parará nadie!”

Aquí se nota a las claras, la manera destemplada e irresponsable con que enfocan esos legisladores los problemas que afectan la República Dominicana. ¿Qué ley o mandato constitucional le permite a este diputado, comprometer con endeudamientos antojadizos el futuro de las próximas generaciones de dominicanos?

Pero, así como el gobierno y su congreso ha sido irresponsable hipotecando la soberanía económica del país, así lo ha sido el presidente Abinader, para comprometer por varias generaciones los bienes e inmuebles de la República, como es el caso del contrato de Aerodom, extendido siete años antes de expirar por 37 años más.

Los escándalos de corrupción en la administración pública, se suceden unos a otros, cada uno con características diferentes y cada uno mayor que el anterior; parecería que se busca con el nuevo, tapar el que le precedió. A veces, lo que parece ser un simple caso de tráfico de influencia, no es más que la punta del iceberg que, oculta el gran tempano putrefacto, ejemplo, el escándalo del Banco Agrícola.

El año termina con el olor nauseabundo de las “tarjetas supérate”, el doble sueldo pagado dos veces a los empleados de Medio Ambiente, los traficantes de sustancias ilícitas enquistados en el gobierno, las renuncias de los funcionarios que piensan que ya todo terminó, y el desánimo popular impulsado por un gobierno mentiroso.

Con un panorama como este, no existe duda de que, la despedida del PRM será tan larga como 3 años y 7 meses que le faltan por gobernar, y muy desastrosa para el pueblo dominicano.

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