LA ROMANA.-Un día después de "agradecer por sus servicios" a su capitán Cristhian Adames e informar que no lo retendrían los Toros anunciaron el jueves que no ejercieron la opción de 11 jugadores, dentro de ellos el grueso reclutado con chequera abierta por el recién nombrado gerente Jesús Mejía, en el estreno de la agencia libre, tras la temporada 2022-2023.
Los infielders Gustavo Núñez, Pablo Reyes y Aneury Tavárez y el receptor Webster Rivas fueron parte de esa ola de fichajes bovinos, que el jueves se comunicó no se le renovó contrato. Tampoco a los lanzadores Jenry Mejía, Alfredo Simón, Rafael Dolis, Luis Santos, Rubby de la Rosa ni al máscara Luis Bernardo.
De aquél festival de fichajes permanece Esmil Rogers, a quien ya le habrían llegado ofertas para salir. Wirfin Obispo fue enviado a las Águilas por Francisco Peña en abril pasado y Ronny Rodríguez fue dejado libre en noviembre.
Un equipo romanense que luego de topar lo más alto en 2020 con el título nacional y del Caribe ha quedado en el sótano en los siguientes cuatro torneos, el primero en más de siete décadas de liga. El enésimo ejemplo de que en el béisbol el tamaño de la nómina no garantiza podio.
El anunciado del jueves es un movimiento más de una "temporada muerta" de Lidom que desde la entrada de la agencia libre cambió su dinámica, una que también aceleró el volumen de intercambios.
Inconformes
Pero desde la oficina de la liga, los equipos y el propio sindicato de jugadores hay un consenso en que el modelo requiere de ajustes, si bien difieren en las formas. Tarea pendiente cuando toque la negociación del próximo acuerdo salarial, que expira en 2026.
Ricardo Ravelo, presidente del Licey, ha pedido revisión del sistema y reveló a Diario Libre que del listado de jugadores del club que la Lidom informó iban a la agencia libre la mayoría ya estaba firmado
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