SAN FRANCISCO (NBAMANIACS.com).-Ya están aquí. Parecían muertos hace no mucho, pero estos Warriors son la demostración de la energía que puede insuflar un traspaso a un equipo. Porque de repente, tras 10 partidos de Jimmy Butler en los que el balance es de 8-2, Golden State ya está en la sexta posición del Oeste.
La ha alcanzado tras derrotar a los Charlotte Hornets por 101-119, sacándose la espina del reciente tropiezo en Philadelphia en una noche sin grandes emociones ante uno de los peores equipos de la liga. Pero esta victoria no es tan importante en sí mismo como lo es como culminación de la recuperación de los de Kerr, que en menos de un mes ya parecen un equipo nuevo. O el mismo equipo que eran a principio de temporada.
El Spectrum Center es el escenario ideal para recuperarse anímicamente cualquier derrota reciente. Siete de los últimos ocho equipos que lo habían visitado habían salido con una victoria bajo el brazo y los Warriors no fueron la excepción, sufriendo tan poco como la mayoría de dichos conjuntos. Los californianos dominaron el duelo yendo siempre por delante en el marcador, y, salvo por un pequeño amago en el tercer cuarto, nunca dio la sensación de que los Hornets pudieran siquiera pelear el encuentro.
A Stephen Curry no le hizo falta firmar su noche más brillante para hacer valer su presencia cada vez que pisaba la pista. Su capacidad para crear peligro con su movimiento sin balón dio problemas desde muy temprano y empezó a marcar el ritmo para los visitantes tanto desde su anotación como desde su generación para el resto. Y con sus compañeros aprovechando las oportunidades que les creaba, la distancia empezó poco a poco a consolidarse.
A ello ayudó la escasa oposición que se encontraron en la primera parte, en la que Miles Bridges fue prácticamente el único jugador local que parecía tratar de hacer algo por evitar el séptimo tropiezo consecutivo. Su gran segundo cuarto, en el que llegaron 15 de sus tantos, ayudó a los Hornets a evitar que la distancia no se disparase y a seguir en partido, aunque no había motivos para pensar que el triunfo peligrara de verdad para los de Kerr.
Y no los hubo, pero sí hubo un pequeño amago de Charlotte de prensar batalla en el tercer periodo. LaMelo Ball, por lo demás bastante difuminado, tuvo su momento de irrupción en este periodo, y de la mano de Bridges ayudó a forjar un parcial de 10-0 que, si bien no valió a los locales para tomar la delantera, sí comprimió el marcador y obligó a Golden State a centrarse para evitar sustos. Y aunque la reacción llegó, LaMelo se encargó con 14 puntos en este cuarto de encajar el golpe asegurarse de que los suyos llegasen con vida a los últimos 12 minutos.
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