República Dominicana-Cinco meses después de la tragedia provocada por el desplome de la discoteca Jet Set, donde más de 230 personas fallecieron, persiste el dolor y la indignación entre familiares, amigos y una población que clama por justicia, ante lo consideran se pudo haber evitado.
El dolor, el luto y la indignación siguen latentes entre decenas familias que perdieron a uno varios de sus miembros entre los escombros del que fuera uno de los centros nocturnos más emblemáticos de la ciudad.
Sobrevivientes como Ana María Ramírez, se quejan por la lentitud en el proceso judicial en contra de Antonio y hermana Maribel Espaillat por supuesta negligencia, mientras acusan al Gobierno de haberse olvidado de las víctimas.
Con escasa presencia de los familiares de las víctimas y como cada 8 de todos los meses, la Diócesis Padre Montesinos celebró una eucaristía en el lugar del siniestro, oficiada por el reverendo Rogelio Cruz, quien denunció que muchos de los afectados están siendo presionados por los propietarios de la discoteca para que no acudan a dicho acto.
Mientras, las fotos de los fallecidos, carteles, velas y velones apagados y flores marchitas, continúan adornando el lugar custodiado por miembros de la Policía Nacional.
En agosto pasado, la Tercera Sala de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional desestimó 26 recursos presentados por querellantes y el Ministerio Público, para que le fuera variada la medida de coerción consistente en presentación pericia a los hermanos Espaillat.
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